Las Grevilleas son un género que pertenece a la familia de las Proteaceae. Esta familia se extiende mayoritariamente en las regiones tropicales y subtropicales del hemisferio sur. Las inflorescencias de esta familia poseen una arquitectura muy distinta de las flores empleadas en jardinería en Occidente, lo que las hace especialmente atractivas. Así, es una protea (P. cynaroides) la que fue declarada, por su belleza, la flor nacional de Sudáfrica.

El género Grevillea está formado por plantas leñosas, endémicas de Australia, aunque algunas especies son endémicas o habitan de forma natural en Papúa Nueva Guinea y Nueva Caledonia. Al igual que en muchas plantas australianas, aunque puedan encontrarse especies con hojas de color verde oscuro, es el glauco el color predominante en las hojas, presentando algunas especies un tomento blanquecino en el envés.

 

La floración tiene lugar, como norma general, desde finales de invierno hasta principios de primavera, aunque existen especies o cultivares que pueden encontrarse en floración incluso casi ininterrumpidamente a lo largo de todo el año.

Las inflorescencias se pueden clasificar en:

Flores tipo araña: los pistilos curvados se disponen radialmente a partir de un núcleo central.

Flores tipo cepillo: las flores se disponen en un solo lado de la inflorescencia.

Flores tipo brocha: las flores se disponen sobre toda la superficie de la inflorescencia.

Su rasgo más característico es la presencia de un pistilo largo y curvado que emerge como una antena del cuerpo central de la flor individual, al igual que los estambres. No tienen pétalos, en el sentido estricto del término botánico.

Las flores son polinizadas en su ambiente natural por aves y pequeños mamíferos consumidores de polen, constituyendo este hecho uno de los atractivos de estas plantas en sus lugares de origen, al atraer a la fauna local a los jardines. 

Los frutos son tipo vaina o legumbre, y al igual que las inflorescencias de los que proceden, son muy variables en sus formas y pueden ser muy ornamentales, con coloraciones vistosas. Como de manera general las Grevilleas se reproducen por vía sexual, es decir por semilla, en ausencia de tales agentes polinizadores, como en el caso de los jardines europeos, no se han de esperar frutos ni semillas.

 

Desde el punto de vista fisiológico, las características más notables de estas plantas son:

Su elevada resistencia a la sequía y su capacidad de prosperar en suelos secos y pobres. De hecho es conveniente evitar los suelos fértiles y, en general, la aportación de abonos fosfóricos. El sistema radicular de las Grevilleas es superficial y sensible a los daños y lesiones físicas, lo que desaconseja la escarda mecánica o el laboreo de los pies.

Sus exigencias ecológicas se limitan a exposiciones lo más soleadas, ventiladas y abiertas posibles y a suelos más bien ácidos y bien drenados. Por ello en suelos de carácter básico, las plantas pueden sufrir clorosis, que deberá ser corregida con aplicaciones de quelatos de hierro ya sea en el agua de riego o con aplicaciones foliares. Pero algunas especies como la G. olivacea o el cultivar “Wimpara Gem” se caracterizan por tener una mayor tolerancia a los suelos alcalinos y calcáreos.

 

El mejor momento para realizar la plantación es en otoño, y más si la ubicación es en clima netamente mediterráneo. Con una plantación temprana se favorece que la joven planta pueda reorganizar su sistema radicular y colonizar el sustrato circundante, aprovechando la benevolencia de las condiciones invernales, para prepararse para la estación seca.

Una vez establecidas, las plantas no precisarán de más riego que la lluvia, pero el primer o los dos primeros años de plantación agradecerán algún riego, que preferiblemente será espaciado en el tiempo y generoso con el agua.

En lo que respecta al abonado, considerando la frugalidad de estas plantas, no es necesaria la aplicación de fertilizantes de ningún tipo. En el caso de utilizarlos han de emplearse productos de liberación lenta, con un contenido en fósforo muy bajo. Preferiblemente se aplicarán en primavera y acompañados de aportaciones de agua, ya sea a través de la lluvia o del riego. La aplicación de productos orgánicos pueden proporcionar, tras su mineralización, los elementos nutritivos, al ritmo y proporciones adecuados, para estas plantas.

Las Grevilleas no tienen plagas ni enfermedades de consideración. En caso de observar la presencia de algún parásito local que sea necesario erradicar, las materias activas y los productos fitosanitarios habituales serán suficientes.

La poda es altamente recomendable para dar forma a la planta y estimular la ramificación y la floración del siguiente año, se realizará en verano tras la floración. En general la poda consiste en la eliminación y acortamiento de los brotes ya florecidos en una longitud variable, que puede oscilar, desde 10 o 15 centímetros hasta un tercio de la longitud de los mismos. La intensidad de la poda varía dependiendo del tipo de flor de la especie. Las especies con inflorescencia de tipo brocha pueden podarse más fuertemente que las especies con flores tipo araña.

 

En el siguiente post sobre las Grevilleas, uno de los géneros de plantas más representativo de los Viveros Sala Graupera, explicaremos las características particulares de sus especies y cultivares más destacados.